Portugal últimamente se ha convertido en uno de esos destinos europeos que están en boca de todos, ¿no te parece? Y no es solo por la conexión histórica con Brasil o por el idioma que, bueno, no es igualito pero tampoco tan distinto. Es que Lisboa tiene de todo un poco, y si lo que buscas son buenas opciones de turismo sin vaciar tu cuenta bancaria, ¡la capital portuguesa te está llamando!
Así que prepárate, porque estás a punto de conocer algunos de los puntos más icónicos de Lisboa. Cada rincón tiene una historia que contar sobre esta ciudad, una de las más vibrantes y queridas del mundo.
¿Empezamos? Si estás planeando una visita a esta hermosa ciudad, aquí te presentamos algunos de los mejores lugares para visitar y por qué hacer un Free Tour Lisboa
¿Por qué hacer un Free Tour por Lisboa?
Un Free Tour por Lisboa es una excelente manera de conocer la ciudad y sus atracciones turísticas más importantes. Estos tours son gratuitos, pero se espera que los participantes den una propina al final del recorrido.
Los guías locales expertos proporcionan información detallada sobre la historia, la cultura y la vida cotidiana en Lisboa, lo que hace que el recorrido sea mucho más enriquecedor.
Los puntos turísticos más visitados en Lisboa
Bueno, no es ninguna sorpresa que la Torre de Belém y el Monasterio de los Jerónimos se lleven la corona como los monumentos más visitados en Lisboa. Antes de que el mundo entero se pusiera en pausa por el COVID-19, la Torre de Belém llegó a recibir ¡medio millón de visitantes en un solo año! Así que sí, hay que armarse de paciencia si decides visitarla.
¿Y qué tiene de especial la Torre de Belém? Pues nada más y nada menos que fue construida allá por el siglo XVI. Lo que hoy vemos como una joya arquitectónica era en su día una fortaleza diseñada para vigilar el río Tajo y echarle un buen ojo a cualquier barco enemigo que intentara acercarse demasiado a Lisboa. Ah, y no solo eso, en algún momento también le dieron uso como prisión. ¡Así que imagínate las historias que deben rondar por esos muros!
El Monasterio de los Jerónimos, por su parte, tiene una historia que va muy de la mano con la Torre. Se le considera una verdadera obra maestra de la arquitectura portuguesa. De hecho, se construyó antes que la famosa torre, y por ello terminó siendo una especie de «guardián» de su entrada.
Así que, en cierto sentido, estos dos monumentos se complementan, casi como si fueran hermanos en el tiempo.
Qué ver y hacer en Lisboa
Una visita a Lisboa es mucho más que un par de fotos frente a monumentos. Es caminar sin prisa por calles llenas de historia, sentarse en una terraza a probar esos platos que te hacen decir «ok, necesito aprender a cocinar esto en casa», y sobre todo, empaparse de la cultura local, que es cálida, acogedora y a veces hasta un poco nostálgica (será el fado, quién sabe).

Para ahorrarte tiempo y dolores de cabeza, te traemos la lista definitiva de lugares que harán que tu viaje a Lisboa sea inolvidable.
Torre de Belém
Esta torre no es solo una postal bonita, ¡es historia pura! La Torre de Belém fue testigo de las salidas y llegadas de las expediciones portuguesas durante la Era de los Descubrimientos.

Además, es una joya arquitectónica. Te vas a quedar fascinado con las ventanas y balcones, pero sobre todo con las cúpulas… parece que te cuentan secretos del pasado.
Y lo mejor de todo es que puedes llegar fácil en tren, o bueno, en “comboio” como le dicen allá. Una escapadita rápida desde el centro y listo, en menos de nada ya estás frente a la famosa torre y puedes visitarla junto al barrio en este Free Tour.
Mosteiro dos Jerónimos
Este monasterio es la parada obligada si te gusta la historia… o los dulces. Y te explico por qué. Además de ser una obra maestra de la arquitectura manuelina (léase: súper ornamentada y detallista), aquí están enterrados personajes clave para la historia de Portugal, como el poeta Luís de Camões y el navegante Vasco da Gama.

¿Y lo de los dulces? Pues hay una leyenda que dice que fue aquí donde nacieron los famosos pastéis de Belém. No sé si sea 100% cierto, pero por si las dudas, te recomiendo que pruebes uno cuando estés en la zona… o tres.
Tour por Belém y el monasterio de los Jerónimos
Tram 28
¡Ah, el tram 28! ¿Qué sería de Lisboa sin este clásico tranvía? En Brasil lo llamaríamos “bonde”, pero en Lisboa es el “elétrico”. No solo es una atracción turística, sino un medio de transporte esencial para los lisboetas.

El tram te lleva por algunos de los barrios más bonitos y pintorescos de la ciudad: Alfama, Chiado, Estrela… y así te vas recorriendo la ciudad mientras te sientes en una película europea de los años 50.
Lo mejor es que te da una perspectiva única de Lisboa. Y aunque suele estar lleno de turistas, vale la pena montarse en él, por lo menos una vez. Además, es la manera perfecta de moverte entre varios de los sitios más importantes de la capital sin gastar de más.
Castelo de São Jorge
No importa en qué parte de Lisboa estés, es casi seguro que en algún momento levantarás la vista y verás las imponentes murallas y las banderas ondeando en lo alto del Castelo de São Jorge. Es uno de esos sitios que simplemente no puedes dejar pasar, no solo por lo majestuoso que se ve, sino porque es de las construcciones más antiguas de la ciudad.
Este castillo fue construido originalmente por los moros, quienes querían proteger Lisboa de las invasiones romanas. ¡Qué visión de futuro tenían!
Con el tiempo, el Castelo de São Jorge también fue residencia real, un lugar donde la corte portuguesa vivía sus días de gloria. Aunque sufrió serios daños durante el terremoto de 1755, ese que arrasó con gran parte de la ciudad, fue restaurado y hoy en día sigue siendo una joya bien cuidada que recibe a curiosos de todas partes del mundo.
Nuestros consejos?
- Subir hasta allí y disfrutar de las vistas espectaculares de la ciudad es un plan que vale cada escalón.
- Coge una entrada con antelación.
Alfama
Ah, Alfama… Pasear por este barrio es como viajar en el tiempo. Las calles estrechas, las casas con azulejos desgastados, la ropa colgada de las ventanas. Es, sin duda, una de las zonas más antiguas y auténticas de Lisboa, llena de historia en cada esquina y que también puedes recorrer en un free tour.

El encanto de Alfama está en su atmósfera nostálgica, en ese aire de «otros tiempos» que parece envolverlo todo. Además, aquí encontrarás las famosas tascas, esos bares-restaurantes de toda la vida, donde el menú es pequeño pero honesto, y las «imperiais» (cerveza de barril) llegan frías, acompañadas de un buen vino servido directo desde el barril.
¿Un consejo de oro? Si tienes la suerte de estar en Lisboa durante las Festas dos Santos Populares (algo así como las fiestas juninas de Brasil), no te pierdas la fiesta en Alfama. La mezcla de música, sardinas asadas, y la alegría de la gente es algo que te dejará recuerdos para toda la vida.
Parque das Nações
Ahora, si ya llevas un rato caminando por Lisboa, probablemente habrás notado el estilo más tradicional de la ciudad: las casas sencillas, las calles empedradas, los colores típicos. Pero el Parque das Nações es otro rollo completamente. Aquí la modernidad se hace notar.

Esta zona, que en su día fue industrial, fue revitalizada para albergar la Exposición Mundial de 1998, y vaya que hicieron un trabajo fantástico. Hoy en día, es uno de los barrios más contemporáneos de la ciudad, lleno de espacios amplios y modernos.
Cuando estés por el Parque das Nações, hay algunas paradas que sí o sí tienes que hacer: la impresionante estación Gare do Oriente, la escultura del Homem Sol, el teleférico que ofrece vistas panorámicas del río, el Pavilhão de Portugal, y el Pavilhão do Conhecimento (para despertar tu curiosidad científica). Y si te sobra tiempo, échale un vistazo al Teatro Camões, ¡nunca se sabe si podrías encontrar una función interesante!
Oceanário de Lisboa
Ya que andamos por el Parque das Nações, hay una visita que no puedes saltarte: el Oceanário de Lisboa. Es uno de los acuarios más grandes de Europa, con más de 5 millones de litros de agua donde nadan cientos de especies marinas. Si te gustan los animales acuáticos, este lugar es el paraíso.
Desde el momento en que entras, sientes que te sumerges en un mundo subacuático. Verás de todo: aves, peces de todos los colores, mamíferos marinos, plantas, algas, y hasta especies invertebradas que nunca habrías imaginado que existían.
¡La biodiversidad que alberga este lugar es impresionante! Y bueno, si viajas con niños, seguro se van a quedar fascinados… aunque, siendo sinceros, los adultos también quedamos con la boca abierta.
Elevador de Santa Justa
Lisboa es una ciudad de cuestas. A lo mejor no te lo contaron, pero lo notarás apenas des un par de pasos. Y aquí es donde entra en juego el famoso Elevador de Santa Justa. Este peculiar elevador ayuda tanto a locales como a turistas a ahorrar piernas (y pulmones) en su subida desde la Baixa hasta la Cidade Alta, y además te regala unas vistas que no tienen desperdicio.

Ubicado en el barrio del Carmo (de hecho, muchos lo llaman Elevador do Carmo), este elevador no es solo práctico, es una auténtica pieza de arte de hierro forjado que parece sacada de una película de época. Subir en él es como hacer un pequeño viaje en el tiempo mientras te eleva a una de las zonas más turísticas de Lisboa. Y ya que estás ahí arriba, disfruta de las vistas panorámicas de la ciudad. ¡Prepárate para sacar muchas fotos!
Tranvía turístico de Lisboa + Ascensor de Santa Justa
Museu Calouste Gulbenkian
Este museo es un homenaje al arte y a la pasión de coleccionar. Lleva el nombre de Calouste Sarkis Gulbenkian, un filántropo armenio que, tras adquirir la nacionalidad británica, decidió asentarse en Lisboa, donde vivió hasta 1955.

Gulbenkian tenía una devoción impresionante por el arte, y a lo largo de su vida reunió una colección que quita el aliento. De hecho, varias piezas de su colección han sido expuestas en museos de renombre, como la National Gallery de Londres.
Si eres un amante del arte, la visita al Museu Calouste Gulbenkian es imprescindible. Aquí podrás admirar esculturas históricas y obras de arte que te dejarán maravillado. Además, el ambiente del museo es tan tranquilo que sentirás que cada pieza tiene su propia historia que contar, y tú estarás ahí, frente a ellas, escuchando.
LX Factory
Imagina un lugar donde puedas combinar buena comida, compras únicas y entretenimiento, todo con un toque moderno e industrial. Eso es exactamente lo que la LX Factory te ofrece, un espacio que escapa del bullicio de las callecitas estrechas del centro de Lisboa y te da algo diferente.
Aquí, todo lo que encuentras repartido por Lisboa parece haberse reunido en un solo lugar: desde galerías de arte y talleres, hasta restaurantes de moda, oficinas creativas y brechós (las tiendas de segunda mano que tanto están de moda). Pero lo que hace especial a la LX Factory no es solo la mezcla de opciones, sino la atmósfera que conserva el encanto industrial de la zona. No te sorprenderá ver murales coloridos o esculturas modernas entre sus fábricas recicladas.
Si te gustan los lugares que tienen personalidad y un toque hipster, este es tu sitio. ¡Ah, y no te vayas sin probar alguna de las opciones gastronómicas! Desde brunchs que parecen salidos de Pinterest hasta comida internacional, siempre hay algo delicioso para picar.
Museu Nacional do Azulejo
Si hay algo que define a Portugal, aparte de las sardinas y los pastéis de Belém, son los famosos azulejos. Estos coloridos mosaicos que adornan fachadas y edificios han dejado una marca en la identidad cultural del país, y si quieres conocer su historia en profundidad, el Museu Nacional do Azulejo es el lugar indicado.

Este museo, dedicado enteramente a los azulejos, te lleva en un recorrido por esta tradición que se remonta al siglo XV. Aquí podrás ver desde los primeros azulejos más simples hasta piezas exclusivas que te dejarán con la boca abierta. Si eres de los que siempre se preguntan cómo algo tan cotidiano puede tener tanto significado cultural, este museo será toda una revelación.
Miradouro da Senhora do Monte
En Lisboa, la palabra «miradouro» es casi tan común como «bacalhau». Los miradouros (o mirantes, como les diríamos en Brasil) están por todas partes, y cada uno tiene su propio encanto, dependiendo del barrio donde se encuentren.

El Miradouro da Senhora do Monte es, sin duda, uno de los favoritos tanto de locales como de turistas. Ubicado en el barrio de Graça, este mirante ofrece una de las vistas más espectaculares de la ciudad. Desde aquí puedes ver el castillo, el río y los tejados ondulantes que caracterizan a Lisboa.
¿Un consejo? Es el lugar perfecto para cerrar el día con una copa de vino o simplemente para detenerte un momento y dejar que la ciudad te sorprenda. Y, además, este mirador tiene historia: data de 1147, así que estarás disfrutando de vistas con siglos de tradición a tus pies.
Palácio Nacional de Queluz
A solo unos 15 kilómetros de Lisboa, en la encantadora ciudad de Sintra, se encuentra el Palácio Nacional de Queluz, una residencia real que data del siglo XVIII. Este palacio no solo es impresionante por su historia, sino también por sus jardines, que han sido comparados nada menos que con los del Palacio de Versalles en Francia. Y no, no es una exageración.

La arquitectura del palacio es una mezcla fascinante de estilos barroco, rococó y neoclásico, reflejando los caprichos y gustos de la realeza portuguesa de la época. Aquí, cada sala te transporta a un tiempo de lujo desmedido, con decoraciones intrincadas que parecen sacadas de un cuento de hadas.
Y claro, los jardines son el escenario perfecto para perderse entre esculturas, fuentes y caminos serpenteantes que parecen diseñados para hacerte sentir, al menos por un rato, como parte de la realeza.
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Praça do Comércio
Ya que estamos hablando de vistas y zonas populares, no puedes irte de Lisboa sin pasar por la Praça do Comércio, uno de los lugares más icónicos de la ciudad. Este es uno de esos sitios donde la historia se respira en cada rincón, pues originalmente aquí vivían los reyes de Portugal.

Hoy, la plaza está rodeada por elegantes edificios amarillos que albergan desde restaurantes hasta museos y bares. Además, la Praça está a orillas del río Tajo, por lo que es el lugar perfecto para pasear, montar en bici, o simplemente sentarse a admirar el agua y su suave marea.
¿Te imaginas caminar por donde alguna vez lo hicieron reyes y nobles? Pues eso es lo que se siente en este amplio y majestuoso espacio. Y si el día está bonito, ¡no hay mejor lugar para disfrutar del sol lisboeta!
Palácio Nacional da Ajuda
Si alguna vez soñaste con vivir en un palacio (¿y quién no?), el Palácio Nacional da Ajuda es una parada obligada. Este majestuoso edificio fue la residencia oficial de la familia real portuguesa desde 1861 hasta que la monarquía llegó a su fin.
El palacio es un verdadero espectáculo para los amantes de la arquitectura, con su imponente estilo neoclásico y sus habitaciones que parecen haberse congelado en el tiempo. Cada sala está decorada con muebles, cortinas y adornos como si la realeza aún viviera ahí. Es como un viaje a otra época, pero con la ventaja de que puedes pasear por todas esas habitaciones que, si fueras de la familia real, probablemente ni te dejarían pisar.
Un lugar fascinante donde la historia se siente viva y presente en cada esquina. ¡Ideal para quienes aman los palacios o simplemente quieren imaginar cómo sería la vida rodeado de tanto lujo!
Otros lugares turísticos que no puedes perderte
¿Te has quedado con ganas de más? Pues aprovecha tu tiempo en Lisboa con estos otros sitios:
Rua Augusta
La Rua Augusta es sin duda la calle más famosa de Lisboa, ideal para pasear sin prisas. Es solo para peatones, así que olvídate de los coches y disfruta de sus restaurantes, tiendas y un ambiente muy animado. Este enorme paseo peatonal te lleva desde el majestuoso Arco Triunfal hasta la bulliciosa plaza del Rossio.
¿Qué se puede hacer aquí? Pues, además de hacer compras (aunque las tiendas tienden a ser de marcas internacionales más que locales), lo suyo es sentarse en una terracita, pedir un bolinho de bacalhau y simplemente ver cómo pasa la gente: turistas, lisboetas… ¡Todo el mundo!
Mercado da Ribeira
Si lo tuyo es la gastronomía, no puedes perderte el Mercado da Ribeira. Este es uno de los mejores lugares para probar la comida portuguesa en toda su diversidad. Aunque originalmente era un mercado tradicional, hoy en día está repleto de restaurantes que ofrecen de todo, desde platos tradicionales hasta lo más moderno de la cocina lusa.
Este mercado tiene historia, ¡ojo! Surgió alrededor de 1600 y ha pasado por varias reformas, la última en 2010, cuando Time Out lo renovó y le dio ese toque moderno que hoy lo hace tan especial. Ahora lo llaman también Time Out Market, y está en el barrio de Chiado, justo al lado de la estación de metro Cais do Sodré.
- Horario: De domingo a miércoles, abre de 10h a medianoche. Jueves a sábado, hasta las 2h de la mañana. ¡Perfecto para una cena tardía!
Fábrica de los Pastéis de Belém
Ahora, hablando de delicias, si estás en Lisboa, ¡no te puedes ir sin probar los famosos Pastéis de Belém! Estos son los pasteles de nata más conocidos en todo el mundo, y la Antiga Confeitaria de Belém es el lugar donde se originaron.

Es un lugar de parada obligatoria cuando visites el barrio de Belém, y una oportunidad de saborear el auténtico pastelito que ahora puedes encontrar en cualquier café de Portugal.
Zoológico de Lisboa
Si viajas con niños (o simplemente amas los animales), el Zoológico de Lisboa es una parada divertida y educativa. Inaugurado en 1884, este zoológico es uno de los más importantes de Europa y alberga más de 2000 animales de 350 especies diferentes.
Puedes ver de todo: elefantes, tigres, leones, cocodrilos, hipopótamos, delfines… ¡y hasta jirafas!
El zoo no es solo para mirar animales, también ofrece actividades, como el show de delfines, y para los más pequeños hay un teleférico y un trenecito que recorre el parque.
- Horario: Abierto todos los días, de 10h a 20h.
- Precios: Entrada general 22,50€. Niños de 2 a 13 años, 14,50€. Los peques menores de 2 años entran gratis, y los mayores de 65 años pagan 18,50€.
Estadio da Luz
Si eres futbolero o futbolera, no puedes dejar de visitar el Estadio da Luz, hogar de los equipos Sporting de Lisboa y Benfica. Este estadio, inaugurado en 2003, tiene capacidad para más de 64 mil espectadores.

Junto al estadio, encontrarás el Museo Benfica Cosme Damião, la estatua de Eusébio (una leyenda del fútbol), la Plaza de los Héroes y, claro, la tienda oficial del club. También puedes hacer un tour por el estadio, ¡una experiencia emocionante para los fanáticos del fútbol!
¿Cuántos días pasar en Lisboa?
Sabemos que planear un viaje a Portugal es emocionante, pero también puede ser un lío decidir cuántos días dedicar a cada lugar, especialmente en Lisboa. Así que, vamos al grano: si quieres cubrir lo básico de la ciudad, con tres días completos (y cuatro noches) te debería bastar. Así, no te pierdes las principales atracciones sin tener que correr como loco.

Ahora, si puedes estirar tu estancia, cuatro días completos (con cinco noches) sería la opción ideal, porque te da tiempo para hacer un «bate y volta». Nuestra recomendación estrella: Sintra. Es simplemente mágico y vale cada minuto. Más abajo te cuento qué hacer en Lisboa si tienes 4 días.
¿Tienes más tiempo? ¡Perfecto! Porque cuanto más te quedes, más escapadas puedes hacer a los alrededores. Hay un montón de lugares interesantes cerca de Lisboa que valen la pena. Así que, si tienes días extras, no dudes en explorar otras ciudades cercanas.
Cómo visitar las atracciones de Lisboa
Lisboa es una ciudad para recorrer a pie, ¡sin duda! Aunque tiene sus buenas cuestas, si tienes un poco de energía, te prometo que pasear por sus encantadoras calles es la mejor manera de descubrirla.
Nuestro consejo: aprovecha para bajar las colinas caminando y, si te cansas o tu hotel está en una zona alta, pues siempre puedes volver en metro. Así te ahorras subir cuestas después de un día de exploración. Además del metro, tienes buses, tranvías (o eléctricos, como los llaman por aquí), y taxis a tu disposición.
Alquilar un coche no es necesario para conocer Lisboa. La verdad es que el transporte público te lleva a todos lados, y si quieres hacer una escapada a lugares como Cascais o Sintra, los trenes te llevan directo. No hay necesidad de complicarte la vida con un coche en la ciudad.
Ahora bien, si tu plan es ir más allá de la capital y explorar los rincones más alejados del país, como el interior, ahí sí que puede valer la pena alquilar un coche.
Podcast de Viaje: Lisboa
Tours Civitatis Lisboa

Soy Valentina Andrade, mujer apasionada por la exploración y los descubrimientos. Con mi espíritu libre y mi cámara siempre lista, he recorrido los rincones más remotos del mundo en busca de nuevas experiencias y culturas.
Mi cabello ondea al viento mientras camino por mercados locales, ruinas antiguas o playas paradisíacas. Siempre llevo conmigo un cuaderno de viaje donde plasmar mis emociones y aprendizajes, capturando la esencia de cada lugar que visito, así puedo dejarlo reflejado en este blog.
Mi mirada sigue fija en el mapa y refleja la curiosidad inagotable de una viajera empedernida, lista para sumergirme en la próxima aventura que me depare el camino.