¿Alguna vez has oído hablar de Bután? Pues, prepárate para descubrir uno de los países más únicos y misteriosos del mundo. Con solo 800.000 habitantes, Bután es un destino que te hará sentir como si estuvieras en un lugar que nadie más ha visitado.
¿Dónde está este país mágico?
Bután se encuentra escondido entre India y Tibet, rodeado por los majestuosos Himalayas. Es un país pequeño, sin salida al mar, pero con una gran personalidad. La capital, Thimphu, es un lugar que te hará sentir como si estuvieras en un pueblo medieval.
Algunos datos interesantes sobre Bután
- La población de Bután es de aproximadamente 800.000 personas, con una edad media de 29,4 años.
- El país tiene una superficie de aproximadamente 14.000 kilómetros cuadrados, lo que es aproximadamente la mitad del tamaño del estado de Indiana.
- El monarca reinante, el Rey Jigme Khesar Namgyel Wangchuck +info, tiene 43 años y es adorado por su pueblo.
¿Es difícil viajar a Bután?
No, no es tan difícil como podrías pensar. La mejor manera de llegar a Bután es en avión, desde ciudades como Bangkok, Katmandú, Mumbai o Delhi. El aeropuerto internacional de Paro es el único que recibe vuelos internacionales, pero no te preocupes, es un lugar que vale la pena visitar.
Condiciones de viaje
Bután es un país que se toma en serio el turismo sostenible. Para proteger su medio ambiente, cultura y economía, hay restricciones en lugar para asegurarse de que los turistas sean respetuosos y responsables. Pero no te preocupes, es un lugar que te hará sentir como si estuvieras en un paraíso.
¿Cuándo es el mejor momento para ir a Bután?
Mira, el clima en Bután es un poco complicado, depende de la zona donde estés. Pero, si quieres disfrutarlo a tope, apunta a la primavera y el otoño. Esos meses son como el punto dulce: temperaturas agradables, ni frío polar ni calor infernal, y los paisajes… ¡uf! Esos paisajes parecen sacados de un sueño.
Eso sí, olvídate de ir en junio o julio a menos que te guste sentir que te derrites. Y en invierno, bueno, digamos que el clima es lo más impredecible que te puedas imaginar. O sea, hay una razón por la que a Bután lo llaman la “Tierra del Dragón del Trueno”, ¡las tormentas no perdonan! Pero si lo tuyo es la adrenalina de los rayos y el viento huracanado, adelante, tú decides.
Pero vamos, siendo realistas, lo mejor es apuntar a primavera u otoño si no quieres que el clima sea el protagonista de tu viaje.
¿Por qué deberías viajar a Bután?
Bután abrió sus puertas al turismo en 1974, o sea, no hace tanto. Solo tres añitos después de que la ONU reconociera oficialmente su existencia en 1971. Y aunque no llevan mucho tiempo en esto de recibir turistas, han aprendido rápido a mimar a sus visitantes.
Muchos van buscando algo más profundo: respuestas, experiencias espirituales, un poco de paz mental. Este pequeño país budista tiene algo especial, una vibra espiritual que no se encuentra en cualquier sitio.
Los monjes aquí no son como los que ves en las películas, están muy dispuestos a compartir su sabiduría y su tiempo. Otros, en cambio, se hacen preguntas más prácticas, como: “¿Qué tiene de especial el Nido del Tigre?” o “¿Cómo rayos es Bután el único país en el mundo que es negativo en carbono?”.
Spoiler: son unos cracks en eso de cuidar el medio ambiente.
Sea lo que sea lo que busques, Bután tiene algo para ti, desde meditación zen hasta actividades que te harán sudar la gota gorda. Además, ¡las vistas! Es difícil encontrar un lugar más espectacular: montañas nevadas, valles verdes que parecen sacados de una postal y ríos que serpentean a través de paisajes de ensueño. ¿Qué más se puede pedir?
¿Qué hacer en Bután?
Si tienes un par de semanas, créeme, no te vas a aburrir. Pero si solo puedes estar unos días, te dejo lo imperdible:
Subir al Nido del Tigre (Paro Taktsang)
Esta es LA caminata que tienes que hacer en Bután. Es un sendero bastante empinado (prepárate para sudar), pero las vistas que te esperan al final valen cada paso. El Nido del Tigre, a más de 3,000 metros sobre el valle de Paro, comenzó como una cueva para meditar allá por el siglo IX.
A finales del siglo XVII construyeron el monasterio alrededor de la cueva, y desde entonces ha sido uno de los lugares más sagrados del país.
El camino está lleno de banderas de oración y vistas impresionantes, y cuando llegas al monasterio, te preguntas cómo demonios lograron construir algo así en el borde de una montaña. Es como si estuviera pegado a la roca, casi desafiando las leyes de la física, como un gecko gigante, pero con mucho más estilo.
Visitar el Dzong de Punakha
Este lugar tiene historia, y de la buena. Los dzongs son fortalezas-monasterio y servían, entre otras cosas, para protegerse de los enemigos. El Dzong de Punakha es el segundo más grande de Bután y, sinceramente, uno de los más impresionantes.
Está situado entre dos ríos, y lo más loco de todo: ¡no usaron ni un solo clavo para construirlo! Así que si tienes tiempo para ver solo un dzong en tu viaje, que sea este.
Lanzar unas flechas
¿Sabías que la arquería es el deporte nacional de Bután? Pues sí, desde 1971. Y cada vez es más popular, con competiciones y festivales durante todo el año. Si quieres sentirte como un local, lánzate al estadio Changlimithang en Thimphu y prueba suerte con el arco.
No te prometo que vayas a dar en el blanco, pero al menos te divertirás viendo a los expertos hacerlo. Y, si lo tuyo no es tirar flechas, puedes quedarte como espectador, ¡que también tiene su gracia!
Cruzar el puente colgante de Punakha
¿Te atreves a cruzar uno de los puentes de suspensión más largos de Bután? A 160 metros de largo, el Puente de Punakha conecta el Dzong con las aldeas del otro lado del río Po Chu. Está decorado con banderas de oración que le dan un toque súper especial.
Si tienes vértigo, prepárate mentalmente porque está bastante alto, pero te aseguro que es más estable de lo que parece. Y si lo cruzas, ya te puedes considerar un valiente.
Conducir por el paso de Dochu La
Si te gusta conducir por carreteras de montaña, el paso de Dochu La es un “must”. Este paso te lleva de Punakha a Thimphu, pasando por un sitio lleno de historia y espiritualidad: los 108 stupas Druk Wangyal Chortens.
Y si tienes suerte con el clima, desde aquí puedes tener una vista espectacular del Gangkar Puensum, la montaña más alta de Bután. Aunque, claro, todo depende de si las nubes te dejan.
El lugar más único para alojarse en Bután
Si estás buscando un lugar verdaderamente especial en Bután, hay muchas opciones, pero si hablamos de lujo, cultura y aventura todo en uno, Aman Resorts se lleva la palma. Esta cadena ha estado a la cabeza del lujo en el país desde hace décadas, y no es casualidad. Aman es como el santo grial para los viajeros que buscan no solo un buen alojamiento, sino una inmersión total en la rica cultura de Bután.
La experiencia estrella de Aman en Bután se llama la “Jornada de Amankora”, y aquí viene lo bueno: todo está diseñado a medida. Sí, tal cual, tus deseos, tus objetivos, todo lo que busques en tu viaje lo organizan ellos. Tienen cinco lodges repartidos en cinco valles distintos, y puedes elegir itinerarios que van desde tres días hasta ¡16 días o más!
Si lo tuyo es la comodidad total, te encantará saber que esta jornada incluye desde la comida hasta tratamientos de spa, un coche con conductor, y por supuesto, un guía. Cada lodge es como un pequeño santuario en medio de los Himalayas, así que si quieres conocer Bután de la manera más top, no hay mejor opción.
Bután: Cosas que debes saber antes de ir
Ahora bien, antes de que te emociones demasiado, hay algunas cosas que necesitas saber antes de planear tu viaje a este país de ensueño. Para empezar, Bután es seguro a más no poder. El crimen es algo raro aquí, ¡ni siquiera los delitos menores!
Sin embargo, hay una pequeña cuestión: la tarifa diaria. Durante la temporada alta, los visitantes pagan hasta 250 dólares al día, aunque en 2023 hicieron un pequeño guiño y redujeron a la mitad la tasa turística. Así que es más asequible de lo que solía ser.
Pero hay más cositas que deberías tener en cuenta:
- La comida en Bután tiende a ser… picante. Y cuando digo picante, no me refiero a ese toque que te deja un leve picorcito en la lengua. No, aquí el chile es parte de la dieta diaria. ¡Cuidado con lo que pides!
- Visitar un dzong (esas fortalezas-monasterio que son súper importantes para los butaneses) implica seguir algunas reglas. Nada de jeans ni sombreros, y asegúrate de cubrir tus brazos y piernas. La idea es ser respetuoso.
- ¿Esperabas buen Wi-Fi? Bueno, el Internet en Bután es un poco impredecible. Si necesitas estar conectado, quizá te convenga comprar una SIM al llegar al país.
- Las carreteras en Bután son… una aventura. Están llenas de curvas y pendientes, así que si tiendes a marearte en coche, lleva medicación, ¡vas a necesitarla!
- Además, el seguro de viaje es obligatorio. No lo olvides antes de embarcarte en esta aventura.
Qué esperar de Bután
Este es un país limpio, tranquilo y seguro, que poco a poco se está abriendo a la modernidad, pero sin perder sus raíces. Todo está cubierto de montañas altas y valles profundos atravesados por ríos serpenteantes.
Y, por si fuera poco, Bután está a bastante altitud: de media, se encuentra a unos 2,438 metros sobre el nivel del mar. Aunque no te preocupes, los efectos del mal de altura suelen notarse a partir de los 2,500 metros, así que estás al límite.
Si te preocupa la altitud, puedes consultarlo con tu médico antes de viajar. Algunos viajeros toman Diamox para reducir los síntomas del mal de altura, así que esa podría ser una opción si crees que lo vas a necesitar.
¿Te animas a viajar a Bután?
Este es uno de esos destinos que están, literalmente, fuera del radar turístico. Bután es conocido por su impresionante belleza natural, su gente increíblemente amable y una historia cultural tan rica que parece que te sumerges en otro tiempo.
Lo mejor es que Bután es súper seguro. Tanto, que no tienen ni semáforos. Sí, has leído bien, en lugar de semáforos, tienen agentes de tráfico, y parece que a los locales les encanta este sistema. ¿Delitos? Apenas hay, ni siquiera pequeños.
Ah, y hay algunas curiosidades interesantes: aquí está prohibida la producción y venta de tabaco, y la caza también está fuera de la ley, salvo si es pesca de captura y liberación. Subir montañas altas también está vetado (se cree que los espíritus habitan en las cumbres), y durante el horario laboral, todos los empleados deben usar la ropa tradicional.
Circuitos Civitatis en Buthan
Hola, soy Jota, ¡Gracias por visitar nuestro blog!
En 2016 dejamos nuestra monótona vida y comenzamos a perseguir cascadas, atardeceres y vistas de todo el mundo. En este blog, compartimos historias y consejos de viajes favoritos.
Queremos que todo el mundo pueda viajar a donde quiera, tan a menudo como quiera.