Saltar al contenido

Cómo visitar La Casa Blanca

La Casa Blanca, ese emblemático edificio que todos reconocemos al instante, no solo es el hogar del presidente de los Estados Unidos, sino también el epicentro de decisiones que han marcado la historia del país y, muchas veces, del mundo.

Ubicada en pleno corazón de Washington, DC, la Casa Blanca lleva más de dos siglos siendo testigo silencioso (o no tanto) de algunos de los momentos más trascendentales de la democracia estadounidense.

¿Sabías que se inauguró allá por el año 1800? Desde entonces, lo que empezó como una elegante mansión de estilo neoclásico ha crecido hasta convertirse en un complejo impresionante, con nada menos que 132 habitaciones repartidas en más de 55,000 pies cuadrados. ¡Imagina la factura de la limpieza!

La idea de construir la Casa Blanca surgió gracias a George Washington. Fue él quien, en 1790, decidió que el gobierno federal debía asentarse en un distrito especial, estratégicamente ubicado a orillas del río Potomac. Aunque, curiosamente, Washington nunca vivió allí, ya que murió antes de que se completara. Así que fue John Adams, el segundo presidente, quien tuvo el honor de estrenarla (o sufrir las primeras obras, según se mire).

Desde entonces, la Casa Blanca ha sido mucho más que una residencia: es un símbolo, un escenario de encuentros históricos y, por supuesto, el lugar donde se toman las decisiones que dan forma al futuro de la nación.

Historia de la Casa Blanca.

A lo largo de los años, la Casa Blanca ha tenido varios apodos: desde el pomposo «Palacio del Presidente» hasta el más funcional «Casa del Presidente», pasando por el elegante «Mansión Ejecutiva». Hoy, sin embargo, todos la conocemos simplemente como la Casa Blanca. Y no es para menos: este edificio no solo es uno de los monumentos más famosos de Estados Unidos, sino también uno de los más queridos (¡y fotografiados!).

Lo curioso es que, además de ser la residencia oficial del presidente, la Casa Blanca tiene una particularidad que la hace única en su especie: es la única residencia privada de un jefe de estado que está abierta al público. Eso sí, no te emociones demasiado, que para visitarla hay que planificar con tiempo, llenar formularios y, bueno, tener un poquito de suerte.

Pero, sin duda, vale la pena echarle un vistazo a este lugar cargado de historia y anécdotas que sigue siendo un símbolo del poder y la democracia en los Estados Unidos.

Historia de la Casa Blanca
Historia de la Casa Blanca

Visita su Web.

Diseñando la Casa Blanca

Allá por 1792, se organizó un concurso para encontrar al arquitecto que diseñaría la futura «Casa del Presidente». Se recibieron nueve propuestas, entre ellas una bastante curiosa del mismísimo Thomas Jefferson, quien en aquel momento aún no era presidente y firmó su diseño con las misteriosas iniciales “AZ”.

Al final, el ganador fue el arquitecto irlandés James Hoban, cuyo diseño práctico y elegante se inspiró en la Leinster House de Dublín. La construcción comenzó rápidamente, y entre 1792 y 1800, un equipo compuesto por esclavos, trabajadores libres y albañiles traídos de Edimburgo, Escocia, levantaron la estructura de estilo neoclásico que conocemos hoy.

Para los materiales, se utilizó piedra arenisca de Aquia Creek, que más tarde se pintó de blanco, dando lugar al apodo «Casa Blanca». Este nombre no se oficializó hasta 1901, cuando el presidente Theodore Roosevelt lo hizo oficial.

Aunque George Washington supervisó personalmente el proyecto, nunca llegó a vivir allí. El honor de estrenarla recayó en el presidente John Adams y su esposa, Abigail, aunque su llegada no fue precisamente triunfal. Abigail quedó bastante decepcionada con el estado inacabado de la casa, tanto que llegó a usar el East Room como tendedero. ¡Menuda inauguración!

Cuando Thomas Jefferson se mudó en 1801, no perdió tiempo en poner su toque personal. Añadió columnatas bajas en cada ala para ocultar los establos y los espacios de almacenamiento. Desde entonces, es tradición que cada presidente y su familia personalicen los interiores para adaptarlos a su estilo y gustos. Pero no solo hablamos de decoraciones: con los años, la Casa Blanca ha experimentado una serie de ampliaciones y reformas que la han convertido en el complejo que conocemos hoy.

Devastada por el fuego

¿Sabías que la Casa Blanca no siempre ha lucido tan impecable? En 1814, durante el incendio de Washington, las tropas británicas la prendieron fuego como parte de la Guerra de 1812. El resultado fue devastador: gran parte del interior quedó reducido a cenizas y el exterior, ennegrecido y dañado. Vamos, que quedó irreconocible.

Afortunadamente, no se perdió el tiempo. La reconstrucción comenzó casi de inmediato, y con ella llegaron algunas mejoras. Se añadieron un elegante pórtico sur semicircular y un pórtico norte, que le dieron ese aire majestuoso que hoy conocemos. Más tarde, en 1901, el presidente Theodore Roosevelt decidió poner orden al caos del hacinamiento trasladando todas las oficinas de trabajo a la recién construida Ala Oeste. ¡Una jugada maestra!

El famoso Despacho Oval no apareció hasta unos años después, en 1909, bajo el mandato de William Howard Taft. Pero, como si la Casa Blanca no tuviera ya suficientes historias, en 1929, otro incendio (esta vez en el Ala Oeste) volvió a ponerla a prueba. Por suerte, el presidente Herbert Hoover y su equipo lograron mantener el control, y la Casa Blanca sobrevivió para seguir siendo el corazón del poder estadounidense.

Si, también hubo obras

Durante los años de la presidencia de Harry S. Truman (1945-1953), la Casa Blanca vivió su propia «renovación extrema». Literalmente, todo el interior fue destruido y reconstruido desde cero, aunque se respetaron los muros de piedra originales que, después de tantos años, siguen siendo testigos silenciosos de la historia.

Desde entonces, el complejo no ha parado de crecer y mejorar. Hoy en día, la Casa Blanca no es solo esa icónica residencia de 6 pisos que vemos en las fotos. El complejo incluye la Ala Oeste, la Ala Este, el edificio de oficinas ejecutivas Eisenhower y la Blair House, que funciona como residencia oficial para huéspedes. Vamos, casi un mini-barrio presidencial.

¿Y qué decir de sus instalaciones? Dentro de sus 18 acres encontramos mucho más que las famosas 132 habitaciones: hay una cancha de tenis, una pista para correr, una piscina, un cine privado y hasta una bolera. Todo muy discreto, ¿verdad?

Aunque es el hogar del presidente, la Casa Blanca es técnicamente propiedad del Servicio de Parques Nacionales y forma parte del Parque del Presidente, lo que refuerza su estatus como patrimonio nacional.

Visitar la Casa Blanca

La tradición de abrir las puertas de la Casa Blanca al público comenzó de manera curiosa y un poco accidental. Fue en 1805, durante la presidencia de Thomas Jefferson, cuando después de su ceremonia de juramento en el Capitolio, una multitud simplemente lo siguió hasta su casa.

Jefferson, en lugar de entrar en pánico, los saludó con calma en el Salón Azul. Así, sin planearlo mucho, se dio inicio a una política de puertas abiertas que formalizó poco después, permitiendo a los ciudadanos visitar la residencia presidencial.

Visitar la Casa Blanca
Visitar la Casa Blanca

Sin embargo, esta práctica no siempre salió bien. Un ejemplo memorable ocurrió en 1829, cuando una multitud de 20,000 personas siguió al recién inaugurado presidente Andrew Jackson hasta la Casa Blanca.

La situación se descontroló tanto que Jackson tuvo que huir a un hotel cercano mientras el personal de la Casa Blanca improvisaba una peculiar estrategia: llenaron bañeras con whisky y jugo de naranja en el jardín para atraer a la multitud fuera de la casa. Parece que hasta en la política, un buen trago puede salvar el día.

A partir de la presidencia de Grover Cleveland, las multitudes ya no pudieron entrar libremente en la Casa Blanca. En su lugar, se organizó una revisión presidencial de las tropas desde una tribuna frente al edificio. Esto marcó el inicio del desfile inaugural que conocemos hoy.

A pesar de los cambios, la Casa Blanca sigue siendo, en esencia, «la casa del pueblo». Es propiedad del pueblo estadounidense y solo se «presta» al presidente mientras dure su mandato. Actualmente, aún se realizan visitas guiadas gratuitas, excepto en tiempos de guerra, y cada año más de 1,5 millones de personas cruzan sus icónicas puertas para conocer un pedazo de historia.

El tamaño y la grandiosidad del edificio reflejan no solo su importancia como residencia presidencial, sino también su papel como un símbolo de poder y autoridad en el escenario mundial. La Casa Blanca es mucho más que un edificio; es un verdadero ícono de la democracia estadounidense.

Visita la Casa Blanca

¿Te gustaría visitar la Casa Blanca? ¡Es posible! Las visitas públicas están disponibles, pero hay que planificarlas con antelación. Para los ciudadanos estadounidenses, las solicitudes deben gestionarse a través de un miembro del Congreso, mientras que los visitantes internacionales pueden coordinar su solicitud a través de su embajada en Washington, DC.

Horarios de los recorridos:

  • Martes a jueves: 7:30 a.m. – 11:00 a.m.
  • Viernes: 7:30 a.m. – 12:00 p.m.
  • Sábados (cuando aplica): 7:30 a.m. – 1:00 p.m.

Estos recorridos autoguiados están sujetos a cambios según la agenda oficial de la Casa Blanca. Se asignan en estricto orden de llegada, así que no olvides presentar tu solicitud con tiempo: puedes hacerlo con hasta 6 meses de anticipación y no menos de 21 días antes de tu visita.

Casa Blanca Mapa
Casa Blanca Mapa

El Centro de Visitantes también está disponible para el público, abierto todos los días de 7:30 a.m. a 4:00 p.m., y la entrada es completamente gratuita. Eso sí, ten en cuenta que la Casa Blanca cierra en días festivos importantes como el Día de Acción de Gracias, el 25 de diciembre y el 1 de enero.

Ya sea para recorrer el interior histórico o disfrutar del Centro de Visitantes, ¡la experiencia es inolvidable! Así que organiza tu visita, y prepárate para conocer uno de los lugares más emblemáticos de Estados Unidos.

Datos sobre la Casa Blanca

1600 Pennsylvania Avenue, Noroeste , Washington , Distrito de Columbia , 20500

Hay 132 habitaciones en la Casa Blanca. Hay una bolera en el lugar. Hay cinco chefs para cocinar las comidas; la cocina puede servir la cena para 140 comensales. El espacio de trabajo personal del presidente se llama Despacho Oval. Muchos presidentes han tenido sus animales en la Casa Blanca y se les llama First Pets.

Dónde estacionar para visitar la Casa Blanca

La Casa Blanca no tiene estacionamiento para visitantes.

Tendrás que buscar estacionamiento en las calles cercanas, pero ten en cuenta las señales de tráfico como en cualquier área del centro de la ciudad. Algunas calles no permiten estacionamiento durante la hora pico.

Puedes estacionar en las calles 15, 17 y Constitution Ave, que bordean el perímetro de la Casa Blanca, pero no puedes estacionar demasiado cerca de la Casa Blanca, ya que las áreas más cercanas están restringidas.

La forma más fácil de moverte por DC es utilizando nuestro transporte público, el Metro.

La estación de Metro más cercana a la Casa Blanca es McPherson Square (salida de la Casa Blanca) (líneas Azul, Naranja, Plata), pero también es fácil caminar desde Farragut North (línea Roja).

También hay unos pocos autobuses que paran en Lafayette Square.

Barrio de la Casa Blanca

La Casa Blanca se encuentra en el centro de DC. La dirección oficial es 1600 Avenida de Pensilvania NW (asegúrate de incluir «Noroeste»!).

El perímetro de la Casa Blanca es básicamente el bloque entre la Avenida de la Constitución NW, la calle 15 NW, la calle 17 NW y la calle H NW. La Avenida de Pensilvania NW junto a la Casa Blanca es peatonal, y no se puede conducir por ella.

El área al norte de la Casa Blanca es Lafayette Square, y el área al sur se llama Elipse (esto es donde se encuentra el árbol de Navidad Nacional).

Cosas que hacer cerca de la Casa Blanca

Aprende sobre las cosas que hacer cerca de la Casa Blanca. Puntos de interés como el Departamento del Tesoro y el Centro de Visitantes de la Casa Blanca están cerca.

El Capital Grille

A solo unos pasos de la Casa Blanca, El Capital Grille ofrece a los comensales vistas impresionantes de la ciudad y la oportunidad de disfrutar de un descanso rápido de la visita turística. El menú de almuerzo del restaurante incluye deliciosas ensaladas, steaks, mariscos y aperitivos.

Museo Nacional Geográfico en Washington DC

Explora una variedad de exhibiciones cambiantes y participa en experiencias interactivas en este museo único de DC. La impresionante fotografía que National Geographic es famoso por se hace realidad en numerosos exhibiciones. Los lugares imprescindibles incluyen el trabajo de los exploradores, fotógrafos y científicos del equipo.

Memorial a Albert Einstein

A una corta distancia de la Casa Blanca, situado en un bosque tranquilo de olmos y hiedras, este tributo conmovedor a Albert Einstein se ha vuelto cada vez más conocido con el tiempo. Una figura de bronce del famoso científico está sentado en un banco de tres escalones hecho de granito blanco. Con 12 pies de altura, la semejanza de Einstein sostiene un papel de ecuaciones matemáticas en su mano izquierda, simbolizando sus contribuciones científicas más importantes.

Galería de Arte

El museo de arte asiático de la Institución Smithsonian, la Galería Freer, es hogar de más de 26.000 objetos que abarcan más de 6.000 años de historia. Aquí tendrás la oportunidad de ver piezas desde la Edad de Piedra hasta la Era Moderna. Entre las colecciones se encuentran esculturas de piedra egipcias antiguas y objetos de madera, pinturas y cerámica chinas, cerámica y porcelana coreana, manuscritos persas y escultura budista.

Parque Lafayette en Washington DC

Ubicado justo al norte de la Casa Blanca, el Parque Lafayette es un parque de siete acres que originalmente formaba parte de la Casa Blanca (llamada entonces la Mansión Ejecutiva). Declarado el Parque del Presidente, el cuadrado se separó de los jardines del Centro de Visitantes de la Casa Blanca cuando el presidente Jefferson cortó la Avenida de Pensilvania.

Durante su existencia, este parque pacífico ha jugado muchos roles, incluyendo ser utilizado como una pista de carreras, un cementerio, un zoológico, un campamento para soldados y el lugar de muchos eventos políticos, celebraciones y protestas.

Tour en Tren de la Vieja Ciudad de DC

El Tren de la Vieja Ciudad es una forma conveniente de explorar un tour de la Casa Blanca mientras maximizas tu tiempo de vacaciones. Este edificio es la residencia oficial y lugar de trabajo del Presidente de los Estados Unidos y data casi tan lejos como la república que sirve. Encuentra el precio más bajo y paquetes de ahorro de dinero comprando entradas directamente a través de nuestro sitio web.


Tours Civitatis en Washington D.C.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Share via